Pobres ricos
Por Juan Carlos Ortiz de Elguea
Extraído del diario:
Pobres ricos
Chuck Collins es biznieto de Oscar Mayer, el inmigrante alemán que creó en EEUU un imperio fabricando salchichas. A sus 26 años, Chuck donó una herencia de medio millón de dólares a fines humanitarios. Su padre pensó que el niño le había salido comunista. Nada que ver. Chuck solo quería librarse del peso de su fortuna y se convirtió en un experto en igualdad. Ahora escribe libros como Los acumuladores de riqueza, donde describe la pesadilla en la que viven ese 0,1% de seres humanos que acumula casi todo el dinero que hay en la Tierra. Pesadilla porque estos pobres superricos no pegan ojo y se ven obligados a gastarse millones y millones en ocultar su patrimonio al fisco de sus respectivos países.
Chuck nos describe una inquietante imagen en su libro: El Río del Dinero. Hay un reducido grupo de seres humanos que han nacido no se sabe por qué a la orilla de ese misterioso cauce, y extraen dinero en cubos cuando y como quieren. Los ricos acaban empleando a otros congéneres, léase abogados o asesores fiscales, para canalizar ese dinero por tuberías ya que no es suficiente todo lo que extraen para vivir estupendamente. Siempre hay un pobre que se pasa de listo y a base de hacer la pelota a los ricos es conducido una noche a esa orilla. Saca todo el dinero que quieras, le dicen, pero no digas nada. Los pobres podrían enterarse.
La Comunidad de Madrid pagará becas a las familias con ingresos de más de 100.000 euros para que sus hijos estudien en la privada. El argumentario es el siguiente. Hay hogares que tienen la desgracia de ingresar mucho dinero. El Estado les castiga a base de impuestos confiscatorios. Y se da la paradoja de que estas familias no pueden dar a sus hijos una buena educación mientras están obligadas a pagar la de los pobres. “Ha llegado la hora de dejar de acumular las preciadas aguas en el Río del Dinero”, sentencia Chuck Collins. “El agua debe fluir hasta llegar a la gente del valle”. El biznieto de Oscar Mayer analiza en su obra cómo los superricos del planeta se libran de pagar impuestos porque para eso ya estamos nosotros. La brillante idea de Ayuso de indemnizar a los ricos pobres no estaba en los límites de lo imaginable para ser debidamente destripada. Chuck, se impone otro libro.